Tuesday, April 8, 2014

El Acoso Moral

"La Violencia perversa obliga a la víctina a afrontar su falla y los traumas olvidados de su infancia,y excita la pulsión de muerte que se halla en germen en todo individuo.Los "perversos narcisistas" buscan en el otro ese germen de autodestrucción, y luego les basta con activarlo.... Es una violencia indirecta sin marcas ni heridas, con daños psicológicos que pueden ser de por vida." Marie-Frence Hirigoyen
Marie France Hirigoyen: "Hay que cambiar cómo piensan las maltratadas"

El primer problema al que se enfrenta el terapeuta es "la vergüenza de la víctima por no haber sido capaz de manejar la situación. En muchas ocasiones piensan que son ellas las culpables de las agresiones. La mujer se siente responsable mucho antes de que aparezca la violencia efectiva".


¿Víctima culpable?

Los casos de violencia psicológica son difíciles de tratar: "La mujer maltratada considera que la situación que sufre es normal, que es su destino. La labor del psicólogo o del médico es hacerle ver que la violencia, aunque sea psicológica, no es una situación normal. Una buena táctica es preguntarle si lo vería normal en otras personas. Estas tácticas permiten que la víctima sea consciente de su situación. Hay que ayudar a la mujer a que sea lo que quiere ella y no lo que desea su agresor".

Más dificultades ofrecen las mujeres que se identifican con el maltratador: "A veces se da una especie de síndrome de Estocolmo. La maltratada cree que se lo merece. Se establece un vínculo muy fuerte y una dependencia psicológica", argumenta Hirigoyen, que avisa que la primera estrategia de las mujeres suele ser la adaptación: "Intentan ser agradables con su marido y creen que así va a cambiar. Desarrollan maneras de prever las crisis y se comportan de un modo muy activo para permanecer alerta. Todas éstas son tácticas defensivas con las que intentan sobrellevar el ambiente de agresión. La memoria es capaz de olvidar todas las pequeñas heridas diarias. Filtra los peores momentos y los olvida. Llegan a considerar que todo es normal".



Compromiso médico

La experta destaca el papel del médico de familia en la detección de los casos. "Son los primeros que tienen que hacer las pequeñas preguntas para detectar que algo va mal en la familia. Son los encargados de poner en contacto a la mujer con las asociaciones de mujeres o guiarlas y de realizar los partes de lesiones. Sin embargo, en muchas ocasiones este primer eslabón es muy débil. Hay muchos médicos que piensan que se entrometen si preguntan. En la mayoría de las ocasiones conocen bien al marido, que suele ser una persona amable y bien considerada... Todo esto le sitúa en un dilema al que suele responder con la inhibición".

El tiempo es otro factor que limita las posibilidades de acción del facultativo: "No tiene el suficiente para seguir el caso. Las visitas rápidas impiden que pueda detectarlo. También es importante que estén concienciados y que sepan que ellos pueden hacer mucho en un contexto de violencia. Es una gran responsabilidad".

Es imposible detectar a una maltratada si ni ella misma se considera así. "Existen muchos casos en los que la víctima no distingue muy bien una situación difícil o pasajera de otra con violencia. Hay que dejarle claro que, en el momento en que los agravios no son simétricos y hay una parte que no responde y que sufre, se puede hablar de violencia".



Cada caso, un mundo

El médico o el psicólogo que trata a estas pacientes debe conocer detalladamente el caso. El seguimiento tiene que ser lo más extenso posible para detectar ciclos en el curso del maltrato y preparar a la maltratada: "Muchas víctimas comentan que en su situación se alternan etapas de agresiones con otras que denominan de luna de miel; en ellas el maltratador se arrepiente y se muestra muy considerado con su esposa. Estos casos son más difíciles, porque la víctima siempre cree que es posible el cambio. En estas situaciones las maltratadas no suelen seguir la psicoterapia, ya que durante las épocas de bonanza se niegan a asistir".

Según Hirigoyen, la psicoterapia de pareja no es una técnica adaptada para este tipo de casos, ya que el hombre suele usarla para justificar su conducta.



Preparar a la mujer antes de realizar la denuncia

Frente a una situación de maltrato se debe aconsejar a la víctima que realice las denuncias pertinentes. Durante las semanas precedentes a esta clase de actuaciones hay que preparar a la mujer para la situación tensa que le espera. "Antes de comenzar posibles actuaciones contra el agresor es necesario evaluar el maltrato y la víctima debe reconocer expresamente que sufre violencia. Si hay peligro físico se recomienda desarrollar un programa de seguridad: detectar los contextos en los que se produce la agresión, cambiar cerraduras, permanecer acompañada...

También es aconsejable evaluar las consecuencias psíquicas de la nueva situación, como la ansiedad o la depresión, aunque hay que tener cuidado con la medicación que se suministra a la maltratada; si se prescribe un ansiolítico se corre el riesgo de que la víctima se sienta mejor y esto provoque que esté en un peligro mayor al no permanecer alerta", ha dicho Marie-France Hirigoyen, que recomienda tener gran paciencia con estas mujeres: "Desde el inicio del tratamiento hasta el final pueden pasar años.

La mujer debe cambiar su manera de pensar". En muchos casos la víctima vuelve junto al agresor después de la separación: "No hay que juzgar a la mujer. Hay que ayudarle más. Al retornar es cuando hay más peligro". 

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