Quizás hayan pasado años, muchos años, hasta que puedes descubrir el origen de tu malestar, de tu tristeza, de tus miedos, de tu ansiedad... o la persona que colabora en mantenerlos.
Se disfraza de cariño, en ocasiones exagerado; de atenciones, con frecuencia desbordantes; en demandas que interpretas como Amor, como un Querer; celos en principio divertidos que se convierten en insoportables...
Pero un día te paras, porque has oído... porque escuchaste en la radio (o en la tele o leíste en el periódico)... porque un conocido dijo... porque encontraste un díptico en una tienda... y hablaban de ello. Entonces pudiste reaccionar: ¿qué es mi vida? ¿dispongo de ella? ¿forma parte de lo cotidiano que me insulten, que me infravaloren, que me critiquen?
El contacto con tus amistades se vuelve cada vez más y más lejano, hasta que solo te rodeas de las suyas. Tu círculo social es el Suyo, rara vez "soporta" a tu familia o personas queridas.
Te insulta y aunque supliques que cese... no escucha.
Te exige estar en casa a determinada hora.
Critica lo que haces, lo que dices, lo que piensas.
Hace bromas sobre todo lo tuyo.
Siempre hace las cosas mejor que tú.
Tú: nunca tienes razón.
Si compras algo: es caro, o innecesario, o de mala calidad...
Ante los demás: intenta demostrar que hace todo por la relación, que es quien más se esfuerza porque todo vaya bien.
Por supuesto es muy galante y educado/a... fuera de casa (allí olvida el Saber Estar)
Se ríe de ti, no contigo.
Dice que tu familia le quiere más a él/ella.
Abre tu correo -sin tu consentimiento- (porque a ti "se te olvida")
Toma decisiones por los dos ("siempre son las mejores") y no consulta.
En el coche no conduces tú ("lo haces mal")
Tus noticias necesita confirmarlas por otra persona ("no eres fiable")
Te acusa de su comportamiento en ocasiones agresivo ("eres tú quien provocas")
Si te sientes identificado/a con algunas de estas situaciones: tómate tu tiempo y piensa. Descubre si ese tipo de trato es el que quieres, por derecho natural nadie debería vivirlo.
No conoce clases sociales, sus protagonistas pueden cruzarse contigo en la calle, cualquier día, en cualquier momento... y no lo notarás.
Pero no es tarde para frenarlo, para plantarte y decidir por ti.
Defiende tu derecho a ser tratado/a con dignidad, con cariño, con respeto, mucho respeto.
Sobrevive bajo el nombre de Maltrato Psicológico, tan escurridizo como el agua, tan imperceptible como el aire, tan doloroso como el fuego.
El maltrato psicológico utiliza como vehículo el lenguaje, la palabra principalmente, pero también el lenguaje de los gestos y determinados comportamientos no violentos pero si molestos. Para ilustrar imaginemos que una persona recibe un premio y su cónyuge decide no acompañarla con el fin básico de molestarla y porque sabe lo que representa para ella.
Algunos maestros en el arte de la manipulación psicológica manejan un lenguaje ambivalente, por ejemplo a nivel verbal son corteses pero a nivel corporal y no verbal muestran rechazo, distanciamiento o disgusto ante la presencia de la víctima. La persona agredida puede tardar en captar qué es lo que está pasando y por qué se siente incómoda.
Todos sabemos lo que representa un ¿cariño? en un tono poco afectivo.
Las secuelas en la víctima de la violencia psicológica pueden ser tanto psicológicas como físicas. Una víctima puede sufrir serias enfermedades debidas a la somatización por estrés continuo en que se ha visto sometida, como por ejemplo úlceras, es decir el sistema inmunológico se debilita.
En el maltrato la consecuencia inmediata es una autoestima baja que ha de repararse mediante el apoyo psicológico y la comprensión del entorno, principalmente amistades, familia y compañeros, recuperando la sensación de competencia que antes ha sido anulada por la presión del agresor o agresora.
[…]
El maltrato psicológico como proceso puede durar años y haberse iniciado de una forma casi imperceptible, simplemente con una atención excesiva y cierta sobreprotección, que va asfixiando toda posibilidad de relación de la persona con su entorno.
Fuente: http://www.elalmanaque.com/amoryamistad/art38.htm
Niega tu personalidad. Tu vida, pensamientos y sentimientos no existen. No tienen cabida en la relación. Son de mal gusto. Los suyos no. Va dejando caer sutil o directamente tu escasa valía, tu ingenuidad y poca inteligencia, y capacidad para desenvolverte. Nunca con tales palabras. Solo aseveraciones e interrupciones. Incluso sugerencias envenenadas. A su lado pierdes todo. Sólo él “brilla”. Tú y los tuyos sois restos de feria. De segunda y tercera categoría. [….]
Su calor pende de un hilo muy frágil que en cualquier momento te puedes “cargar” si das un paso en falso. El ambiente se carga de tensión y angustia. Tus movimientos se limitan, tienes miedo a equivocarte en cualquier cosa, en no gustarle u ofenderle. Y la ansiedad te invade. Nunca estás relajada, nunca estás cómoda en su presencia, nunca más eres tú. No sabes con exactitud por qué, pero estás nerviosa día y noche. No puedes ni comer. ¿Fallaré hoy? [….]
Te niega su apoyo. Nunca tajantemente, pero te das contra un muro. Bajo apariencia de despreocupación, de relatividad de las cosas y de insultante frivolidad, él no está, no lo encuentras. Se esconde. Porque tu vida tiene que girar en torno a él y sólo a él. Tu vida no debería tener sentido si no es con él. [….]
Siempre está por encima. Cuando te ha negado como pareja, como compañera y ha bombardeado sistemáticamente tu autoestima […. ]
Monta el espectáculo. Tiene al actor principal, el decorado y multitud de desencuentros y vejaciones que han colmado tu paciencia. Nunca es directo. Nunca reconoce un error o un daño, porque él nunca se equivoca. Nunca palabras subidas de tono que le descubran, si te enfadas la culpable también eres tú. ¿La excusa? Cualquiera. Provoca que seas tú quien de el paso, una vez más la culpable. Cualquier motivo sirve: hablar claramente (cosa que él siempre evita), robarle protagonismo ante los demás (ante SU público) o simplemente ser mejor que él aunque sea sin quererlo. [….]
Fuente: http://www.mujeractual.org/demujeramujer/foro/messages/1307.html
http://vemo-feedadditives.com/es
Se disfraza de cariño, en ocasiones exagerado; de atenciones, con frecuencia desbordantes; en demandas que interpretas como Amor, como un Querer; celos en principio divertidos que se convierten en insoportables...
Pero un día te paras, porque has oído... porque escuchaste en la radio (o en la tele o leíste en el periódico)... porque un conocido dijo... porque encontraste un díptico en una tienda... y hablaban de ello. Entonces pudiste reaccionar: ¿qué es mi vida? ¿dispongo de ella? ¿forma parte de lo cotidiano que me insulten, que me infravaloren, que me critiquen?
El contacto con tus amistades se vuelve cada vez más y más lejano, hasta que solo te rodeas de las suyas. Tu círculo social es el Suyo, rara vez "soporta" a tu familia o personas queridas.
Te insulta y aunque supliques que cese... no escucha.
Te exige estar en casa a determinada hora.
Critica lo que haces, lo que dices, lo que piensas.
Hace bromas sobre todo lo tuyo.
Siempre hace las cosas mejor que tú.
Tú: nunca tienes razón.
Si compras algo: es caro, o innecesario, o de mala calidad...
Ante los demás: intenta demostrar que hace todo por la relación, que es quien más se esfuerza porque todo vaya bien.
Por supuesto es muy galante y educado/a... fuera de casa (allí olvida el Saber Estar)
Se ríe de ti, no contigo.
Dice que tu familia le quiere más a él/ella.
Abre tu correo -sin tu consentimiento- (porque a ti "se te olvida")
Toma decisiones por los dos ("siempre son las mejores") y no consulta.
En el coche no conduces tú ("lo haces mal")
Tus noticias necesita confirmarlas por otra persona ("no eres fiable")
Te acusa de su comportamiento en ocasiones agresivo ("eres tú quien provocas")
Si te sientes identificado/a con algunas de estas situaciones: tómate tu tiempo y piensa. Descubre si ese tipo de trato es el que quieres, por derecho natural nadie debería vivirlo.
No conoce clases sociales, sus protagonistas pueden cruzarse contigo en la calle, cualquier día, en cualquier momento... y no lo notarás.
Pero no es tarde para frenarlo, para plantarte y decidir por ti.
Defiende tu derecho a ser tratado/a con dignidad, con cariño, con respeto, mucho respeto.
Sobrevive bajo el nombre de Maltrato Psicológico, tan escurridizo como el agua, tan imperceptible como el aire, tan doloroso como el fuego.
El maltrato psicológico utiliza como vehículo el lenguaje, la palabra principalmente, pero también el lenguaje de los gestos y determinados comportamientos no violentos pero si molestos. Para ilustrar imaginemos que una persona recibe un premio y su cónyuge decide no acompañarla con el fin básico de molestarla y porque sabe lo que representa para ella.
Algunos maestros en el arte de la manipulación psicológica manejan un lenguaje ambivalente, por ejemplo a nivel verbal son corteses pero a nivel corporal y no verbal muestran rechazo, distanciamiento o disgusto ante la presencia de la víctima. La persona agredida puede tardar en captar qué es lo que está pasando y por qué se siente incómoda.
Todos sabemos lo que representa un ¿cariño? en un tono poco afectivo.
Las secuelas en la víctima de la violencia psicológica pueden ser tanto psicológicas como físicas. Una víctima puede sufrir serias enfermedades debidas a la somatización por estrés continuo en que se ha visto sometida, como por ejemplo úlceras, es decir el sistema inmunológico se debilita.
En el maltrato la consecuencia inmediata es una autoestima baja que ha de repararse mediante el apoyo psicológico y la comprensión del entorno, principalmente amistades, familia y compañeros, recuperando la sensación de competencia que antes ha sido anulada por la presión del agresor o agresora.
[…]
El maltrato psicológico como proceso puede durar años y haberse iniciado de una forma casi imperceptible, simplemente con una atención excesiva y cierta sobreprotección, que va asfixiando toda posibilidad de relación de la persona con su entorno.
Fuente: http://www.elalmanaque.com/amoryamistad/art38.htm
Niega tu personalidad. Tu vida, pensamientos y sentimientos no existen. No tienen cabida en la relación. Son de mal gusto. Los suyos no. Va dejando caer sutil o directamente tu escasa valía, tu ingenuidad y poca inteligencia, y capacidad para desenvolverte. Nunca con tales palabras. Solo aseveraciones e interrupciones. Incluso sugerencias envenenadas. A su lado pierdes todo. Sólo él “brilla”. Tú y los tuyos sois restos de feria. De segunda y tercera categoría. [….]
Su calor pende de un hilo muy frágil que en cualquier momento te puedes “cargar” si das un paso en falso. El ambiente se carga de tensión y angustia. Tus movimientos se limitan, tienes miedo a equivocarte en cualquier cosa, en no gustarle u ofenderle. Y la ansiedad te invade. Nunca estás relajada, nunca estás cómoda en su presencia, nunca más eres tú. No sabes con exactitud por qué, pero estás nerviosa día y noche. No puedes ni comer. ¿Fallaré hoy? [….]
Te niega su apoyo. Nunca tajantemente, pero te das contra un muro. Bajo apariencia de despreocupación, de relatividad de las cosas y de insultante frivolidad, él no está, no lo encuentras. Se esconde. Porque tu vida tiene que girar en torno a él y sólo a él. Tu vida no debería tener sentido si no es con él. [….]
Siempre está por encima. Cuando te ha negado como pareja, como compañera y ha bombardeado sistemáticamente tu autoestima […. ]
Monta el espectáculo. Tiene al actor principal, el decorado y multitud de desencuentros y vejaciones que han colmado tu paciencia. Nunca es directo. Nunca reconoce un error o un daño, porque él nunca se equivoca. Nunca palabras subidas de tono que le descubran, si te enfadas la culpable también eres tú. ¿La excusa? Cualquiera. Provoca que seas tú quien de el paso, una vez más la culpable. Cualquier motivo sirve: hablar claramente (cosa que él siempre evita), robarle protagonismo ante los demás (ante SU público) o simplemente ser mejor que él aunque sea sin quererlo. [….]
Fuente: http://www.mujeractual.org/demujeramujer/foro/messages/1307.html
http://vemo-feedadditives.com/es